martes, 5 de octubre de 2010

Mi grupo - El nigromante.

Tras terminar con todos los bandidos, rescatar a Lyss (la camarera) y recuperar la reliquia del enano, el grupo de aventureros se dirigió hacia la posada La Llave, para dejar a salvo a la camarera y el hacha doble del enano. Pero mientras iban por el bosque, una fuerte tormenta de nieve los sorprendió, la espesa cortina blanca los desorientó y no permitía ver más allá que unos cuantos pasos por delante, algunos miembros del grupo empezaron a sentir hipotermia y quedar rezagados, afortunadamente cerraron el grupo y entre todos se ayudaron para llegar al camino viejo y desde ahí poder llegar a la taberna. (Una lástima, un poco más perdidos y había unos lobos esperándoles)

Llegaron a la taberna, eran algo más de la hora para la comida y la cocina estaba cerrando, y algunos parroquianos y lugareños se acomodaban en sus asientos mientras un bardo semielfo narraba una historia (contratado tras la misteriosa huida del gnomo), el enano se encontraba descansado en un taburete detrás de la barra, después de haber tenido que atender las mesas y la cocina él solo. En bajo rezaba a Moradin para que los héroes le trajeran sana y salva a la chica. De pronto la puerta de la taberna se abrió y una sollozante mujer entró corriendo en la sala, la seguían unas sombras cubiertas de nieve. Orloff, el enano, casi se cae del taburete al ver a Lyss entrar en la taberna y correr hacia él para abrazarlo, quien abrumado, sólo acierta a dar unas torpes palmadas en la espalda de la chica.

Tras el reencuentro con Lyss, Orloff va a hablar con los aventureros, quienes hasta entonces habían mantenido una distancia de cortesía, para darles las gracias por haberle traído a la camarera, casi, casi los abraza, pero se contiene a la par que limpia sus lágrimas con la manga de su camisa, al fijarse en sus ropas llenas de nieve, el enano les invita a sentarse en una mesa, y se va a la cocina para traerles comida caliente.

Mientras les sirve la comida, un poco más calmado ya, les pregunta si su estancia es debida al ataque de la ciudad, tras la afirmación de estos, les comunica que esta pasada noche, según cuentan algunos comerciantes que salieron de la ciudad, Selivar sufrió un nuevo ataque, más no muertos, al parecer el ataque fue más numeroso y la guardia de la ciudad tuvo importantes bajas, además se produjo contra otra muralla, no contra la misma, parece que quieren debilitar las defensas, pero nadie sabe el motivo, tras una pausa en la que terminaba de servir la sopa, añadió que se deberían dar prisa por encontrarlo.

Tras esto, se sentó a la mesa con un saquillo en la mano del que extrajo cuatro anillos y empezó a contar...
Estos anillos nos los regaló a mi grupo el mismísimo rey Zorb de las lejanas tierras de Amtar, tras acabar con la presencia de una colonia gigantes de fuego que amenazaban a sus súbditos y la seguridad de sus tierras. A mi grupo y a mi nos sirvieron bien en aquellas áridas tierras... se quedó pensativo un rato con la mente perdida, cuando volvió en sí, su cara reflejaba tristeza... demasiadas muertes inútiles, añadió. Espero que a vosotros os sirvan igual o mejor.

Tras la conversación con el enano, la inquietud del grupo aumentó, y decidieron que lo mejor sería explorar el bosque de noche, iluminados eso sí, afortunadamente el drow ve en la oscuridad y pudo servir de explorador al grupo. Se volvieron a internar por el camino viejo, la tormenta de nieve ya había cesado pero se había acumulado lo suficiente para impedir el paso normal del grupo, aunque no lo suficiente para entorpecer la marcha. A media altura se encuentra un viejo camino, por el que apenas cabe un carro, este conduce a un claro que antiguamente era usado como un campamento casi permanente, actualmente apenas es usado. El drow se adelantó por el camino y llegó al claro, tan centrado estaba en el mismo que mientras lo recorría por el linde no se percató de una rama baja a la que fue dar su cabeza.

Pasaron unos minutos antes de que el resto del grupo decidiera avanzar al ver que el hechicero no volvía de su exploración, lo encontraron saliendo de entre la maleza con un chinchón bastante notable aunque intentó disimularlo como pudo. Del claro, descubrieron que partía un estrechísimo sendero zigzagueante y además, a lo lejos pudieron escuchar un sonido de golpes, acero contra piedra, avanzaron por el camino buscando trampas que no hallaron, y se encontraron con otro claro, mucho más grande, el sendero que seguían da a las faldas de una pequeña colina, desde detrás de la cual procedían los sonidos que habían escuchado. Al subir por la colina pudieron ver el claro, estaba iluminado tenuemente pero no se veía ninguna fuente de luz, el sonido que venían escuchando era generado por un grupo de unos 11 esqueletos que se dedicaban a picar la cara desnuda de la colina, extrayendo roca, procesándola y construyendo un edificio de planta circular en el centro del claro, estos esqueletos, aunque parecían fuertes, se veían muy usados y deteriorados por el tiempo. Al fondo del claro, una figura humana envuelta en una gruesa túnica negra, mezclaba componentes en una precaria mesa de trabajo.

El grupo decidió que el drow y el pícaro rodeasen el claro por los bordes mientras que el bárbaro y la maga distraían a los esqueletos, en cuanto el bárbaro intentó atraer hacia sí a los esqueletos, lanzando un pedrusco a los esqueletos, se activó un mecanismo de protección en ellos que hizo que dejaran su trabajo y fueran en busca del nigromante para formar un escudo a su alrededor, el bárbaro, cargó contra uno de ellos con su hacha que lo destrozó nada más tocarlo. Siguieron avanzando hacia el nigromante, mientras que el grupo de aventureros los seguía de cerca, el drow y el humano aún seguían avanzando por los flancos. Llegaron al nigromante y lo rodearon protegiéndolo, este se dirigió al bárbaro y le preguntó por qué atacó a sus esqueletos, y además invitó a salir al hechicero y al pícaro del linde del bosque porque sabía que estaban allí. El goliat no supo qué responder y casi se disculpó al nigromante, le contaron los sucesos acaecidos y este les contó que eso explicaría el poder que siente proveniente de la ciudad. Él se instaló en el bosque para realizar sus experimentos y alejarse del mundo para no ser molestado, además, su intención era adentrarse en el Páramo Sombrío, desgraciadamente unos bandidos le robaron una gema necesaria. Una gema completamente transparente (gema que encontró el hechicero en la guarida de los bandidos).

Tras hablar, quedaron en ir al día siguiente juntos a la ciudad, para que él comprobara de dónde procedía la misteriosa energía que sentía, él les esperaría a la entrada del camino viejo, del lado de la ciudad. Tras esto los héroes se dirigieron de vuelta a la posada a pernoctar.

(mañana el final, por ahora.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario